martes, 21 de marzo de 2017

El espíritu de la plaza

La semana pasada viendo las noticias, pude escuchar una de esas que haces que levantes la cabeza de lo que estás haciendo. Se trata de un vídeo realizado por una peluquería-barbería de Palma de Mallorca, la cual había querido ayudar de alguna manera a Josete, un hombre de mediana edad que a causa de un accidente laboral desembocó en una gran depresión, hasta el punto de vivir en calle y perderlo todo. Josete no tiene hogar, se dedica a aparcar coches en la calle, y eso es lo que le ayuda a mantenerse de algún modo.
El vídeo comienza con alguien que pregunta a Josete si prefiere las ventas abiertas o cerradas, a lo que él responde:"Ventanas...abiertas ahora, para verme por última vez así. Las cerramos, para ver si cuando se vuelvan a abrir, es como si realmente se abriera algo más en mi vida. Como un símbolo...por favor, cerradlas." No puede haber más sentimiento en estas palabras. En cada palabra que Josete pronuncia, es como si pudiese sentirse el dolor y el sufrimiento por el que ha pasado.
Josete quiere tener un trabajo, afirma que es feliz consigo mismo, pero quiere ser feliz con su vida, con lo que hace. Quiere cambiar, y para comenzar reconoce que necesita un cambio físico. Ahí es cuando interviene esta barbería. A Josete le cortan el pelo, le tiñen, le arreglan la barba, la dentadura, y le regalan ropa nueva.
He de reconocer que he visto el vídeo bastantes veces, y ninguna de ellas he conseguido evitar emocionarme ni que se me cayera una lágrima. Me emociona profundamente como esta persona es feliz por el simple hecho de un corte de pelo y ropa limpia. Su sonrisa lo dice todo, es una sonrisa pura, que rebosa felicidad, algo contradictorio por que en sus ojos reflejan el dolor que Josete ha soportado hasta el momento. Algo ha cambiado en su expresión, Josete tiene ilusión, en ella puede atisbarse que ahora piensa que el cambio es realmente posible, que este puede ser un gran paso para conseguir un trabajo y tener un hogar, poder rehacer su vida.
Me llama mucho la atención como la gente de la calle, que está acostumbrada a verlo cada día, no lo reconoce, él mismo tiene que ser el que diga quién es, eso sí, siempre con una sonrisa que no le cabe en la cara.

Todos merecemos una segunda oportunidad, y este vídeo muestra los tabús o prejuicios que tenemos la sociedad respecto a este tema. Parece que las personas sin hogar no tienen sentimientos, que ellos están en esa situación por pura elección. Lamentablemente la realidad no es esa, es realmente sencillo caer en esta situación, pero terriblemente difícil salir de ella.

4 comentarios:

  1. ¡Hola! Me alegra ver este vídeo una vez más y que además se comente debidamente.
    A mí también me emocionó la historia de este hombre, donde en su expresión se pueden ver sentimientos totalmente contradictorios, antes y después de un cambio que para él es una nueva oportunidad de vida.
    Ver el desánimo principal al vivir en la calle y el chute de energía tras el cambio, no tiene precio. Ojalá diéramos más oportunidades a personas que como él están pasando por situaciones similares. Porque de manera simple, el perder tu hogar y todas las posibilidades de satisfacer las necesidades básicas, trae consigo una pérdida de empleo, además de la pérdida de ánimo. Y esto es un circulo vicioso donde pueden intervenir miles de cosas que son dignas y no deberían de faltarle a nadie.

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    1. Como bien dices Adriana, el vídeo es muy emocionante y que refleja perfectamenta la cruel realidad en la que vivimos. La vivienda es un derecho básico y fundamental de todo ser humano. Gracias por tu comentario.

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  2. Como dice mi compañera Adriana me emociona volver a ver una vez más este vídeo, y que se hablara seriamente sobre él. En la mayoría de las noticias solamente se centran en el cambio físico que se produce en él, pero poco hablan de sus necesidades y de esa manera tan bonita de ayudar. Me encantaría que esto no se quedase solamente en Josete y que en cambio se pueda llegar ayudar a mucha más gente que se encuentra en su situación.

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  3. Gracias por tu comentario, Beatriz. Es realmente bonito lo que este hombre puede llegar a transmitir con su sonrisa y la ilusión de su mirada. Ojalá todas estas personas encontrasen una segunda oportunidad y empezaran de este modo tan fantástico. Un saludo

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